Testimonio de María, Emilio y Amèlie

    La vocación es la inclinación o interés que una persona siente en su interior para dedicarse a una determinada forma de vida o a un determinado trabajo, definición exacta y medida, del trabajo desarrollado por la matrona y la matrona residente que nos acompañaron en el parto de nuestra hija, Amélie, el 14 de Agosto de 2019. Un acompañamiento que se hizo en el más profundo respeto, con una profesionalidad remarcable, y un seguimiento absoluto del plan de parto establecido, podemos decir que fue un parto respetado. Amélie, además de contar con la inestimable mano tendida de su madre, para éste su primer gran paso, tuvo la suerte de estar acompañada por Ellas, pudo sentir el buen hacer, el no intervenir, el respeto a la naturaleza y al cuerpo de la mujer, pudo experimentar desde su dimensión, como, dejando la fisiología actuar y acordándole el tiempo necesario al parto, éste se convierte en la piedra angular de bienvenida para el edifico de la vida. El trabajo de parto comenzó y se desarrolló en casa, en nuestro entorno, con nuestros olores, nuestros colores, acompañados y supervisados por la gran profesional, Maite Gómez Galán, de ‘VIDAR parto en casa’, comadrona, profesional holistica donde las haya, que nos ha acompañado y guiado durante todo el embarazo, y que por supuesto su saber hacer ha sido imprescindible en el feliz desenlace de esta maravillosa experiencia. Porque un parto respetado, donde se deja actuar la naturaleza y la mujer es respetada, son los pilares principales para un desarrollo futuro óptimo. En casa o en hospital, donde la mujer se sienta cómoda. Una experiencia, que ha marcado nuestras vidas y la de nuestra hija, y que además de la satisfacción de haber podido vivir un parto maravilloso, tenemos que añadirle la satisfacción de saber que algo está germinado, que aunque hay mucho trabajo por hacer, y que innumerables establecimientos hospitalarios tienen que revisar sus protocolos, hay un grupo de profesionales que cree en otra forma de hacer las cosas, y que están sentando las bases, para un cambio, un cambio donde no cabe la violencia obstétrica y donde el respeto a la mujer y al bebé son el eje principal. Agradeceros a TODAS vosotras, con mayúsculas, el regalo que nos habéis brindado al acompañarnos, siempre lo tendremos presente, gracias por hacer vuestro trabajo tan extraordinariamente bien y sobre todo gracias por hacerlo con tanto AMOR.

    María, Emilio y Amélie.